El invierno es una de las estaciones preferidas por la mayoría de las personas, momento en que la temperatura cae a niveles críticos. También cuando el invierno llega se puede presentar el problema de no poder abrir las puertas a causa del congelamiento de las cerraduras.
En la mayoría de los casos el propietario no encuentra qué solución aplicar frente a una cerradura que está congelada, quedando del otro lado de la puerta, a la intemperie y sin poder entrar, causándole una verdadera molesta este inconveniente inesperado.
Cuando la temperatura cae por debajo de los cero grados Celsius, es necesario que sepas lo que vas a hacer cuando tus cerraduras se congelen. Hoy en día existen varios trucos para descongelar la cerradura, aunque la recomendación seria realizarle mantenimiento periódico.
En el momento que consigas que la cerradura está bloqueada por causa del hielo en su interior, trata de no forzar la cerradura, ya que podrías dañar el bombín o incluso romper la llave.
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ToggleLas cerraduras se congelan
Motivado a la disminución de temperatura y la presencia de humedad, el frio suele congelar la cerradura, y sin el conocimiento previo, podrías llegar a romper la cerradura al tratar de abrir la puerta en esta condición.
Si estás pasando un invierno cualquiera, y observas que la llave no gira para abrir la puerta, no se aconseja utilizar la fuerza, ya que esta acción ocasionaría daños irreversibles en tu cerradura.
Una de las razones principales de que muchas cerraduras se congelen, es la humedad del aire que, acompañada con la extrema temperatura baja del ambiente, es la que ocasiona que tus cerraduras se congelen.
Aunque el fenómeno de las cerraduras congeladas suele ocurrir en los automóviles al permanecer en la intemperie, no debes ignorar que las cerraduras de viviendas también sufren este inconveniente. Por ello muchos propietarios toman la medida de proteger las cerraduras del frío.
Los cerrajeros recomiendan que, en el caso de los automóviles, coloques una capa de aceite especial en la cerradura cada seis meses, con lo que se elimina la humedad y evitas la congelación de la cerradura. Para las puertas principales, este aceite debe agregarse de vez en mes.
Protege tus cerraduras de las lluvias y heladas
Un correcto funcionamiento de la cerradura es proporcional al cuidado que le des a este dispositivo. Un buen cuidado se traduce en mantener alejada la cerradura de las lluvias, evitando así que se acumule hielo en sus mecanismos al ocurrir una helada.
En general las cerraduras de los automóviles están muy bien protegidas contra el polvo, contando con un guardapolvo que bloquea el acceso de la suciedad y logra realizar una excelente protección del cilindro contra la lluvia, donde el agua si lograra entrar congelaría la cerradura.
Un buen método de proteger tus cerraduras de las lluvias fuertes y heladas, es manteniendo la misma alejada de precipitaciones directas, teniendo en cuenta que en la medida que evites el paso del agua dentro del bombín, impedirás que la cerradura se congele.
Otro método utilizado por cerrajeros para la época de invierno, es utilizar aceites especiales, los cuales evitarían la permanencia de la humedad dentro del bombín, evitando que la cerradura acumule hielo en el interior.
Realizando la correcta protección de tu bombín, estarías garantizando el adecuado funcionamiento de la cerradura durante el frío. La humedad también trae como consecuencia la oxidación en los elementos de la misma, ocasionando un mal funcionamiento.
Otra forma de evitar que el bombín sufra desgastes es protegiéndolo del frio, realizándole la correcta protección contra la humedad. De esta forma alargas vida útil de tu cerradura y por consiguiente te ahorras futuros inconvenientes por robos a tu propiedad.
Mantenimiento con aceites lubricantes
Antes que se presente el invierno, es conveniente que cubras con una capa protectora los componentes de tu cerradura. Existen aceites especiales que cuentan con la propiedad de protegerlo contra la oxidación.
La frecuencia con la que se aplican estos aceites es trimestral, preferiblemente antes del invierno, o podría ser mensual dependiendo el uso de la misma.
Con una capa de aceite que coloques en el bombín evitas la humedad y que la parte móvil sufra la fuerza del congelamiento. Esto hace posible que tu cerradura, además de estar lubricada, funcione correctamente, aunque internamente tenga presencia de hielo.
Asegúrate de realizar una buena elección del aceite lubricante a utilizar en tu cerradura, y ten presente que la elección de un aceite poco conocido o de mala calidad puede causar daños graves a todo el sistema de tu cerradura.
Evita que tus cerraduras acumulen suciedad
Una de las formas habituales de proteger tu cerradura durante la temporada de invierno y disminuir la posibilidad que la misma se congele, es evitando que se acumule suciedad en el interior del dispositivo.
Una forma sencilla de eliminar la suciedad en tu cerradura es agregando un aceite especial dentro del cilindro, además de limpiar las llaves con una servilleta. Es conveniente repetir este procedimiento hasta que la llave salga con el aceite limpio.
En la medida que evites que el bombín de tu cerradura acumule sucio internamente, garantizas el buen funcionamiento de la cerradura, e incrementas la durabilidad de la misma.
¿Qué hacer cuando la cerradura está congelada?
Cuando las temperaturas en invierno rozan su límite más bajo, suelen presentarse los problemas de hielo en la cerradura. Y es aquí donde el usuario siempre se hace la pregunta: ¿Podré tener acceso a mi propiedad sin dañar cerradura?
En este caso te recomendamos utilizar aceites para el deshielo, el cual permite que el hielo depositado en tu cerradura se derrita liberando el mecanismo, logrando que abras tu puerta. También puedes aplicar un poco de este aceite en el marco de la cerradura.
No agregues agua caliente a la cerradura, pues este cambio bruco de temperatura podría dañar tanto el cierre de la puerta como el mecanismo de la cerradura. También podrías ocasionar que el agua caliente al enfriarse rápidamente, se congele dentro de la cerradura.
No intentes por ningún medio tratar de abrir la cerradura cuando se encuentre congelada. Recuerda que los metales a baja temperatura actúan de forma diferente y si se le aplica una excesiva fuerza podrías romper la cerradura o dañar la puerta.